Unas lágrimas de sangre
recorrieron todo mi ser
cuando de mis ojos
cayeron para descender
entre mis mejías frías
y morir entre mis labios
fríos y secos.
Y cuando este
recostado entre mi ataúd,
solo quiero recordar
en medio de mi sueño
profundo tu rostro
así poder agarrarlo
y vivir toda la eternidad
junto a él.
No importa estar vivo
o estar muerto
total ambas son el camino
de la vida, quizás una etapa
sea más dolorosa que la otra,
pero al final todos debemos de
pasar por ambas.
A veces quisiera estar
muerto y otras jamás
quisiera morir, son dos
deseos que anhelo
pero que solo uno se tendrá
que cumplir y ese será
que de este mundo
yo tendré que partir,
quizás con el corazón partido
quizás lleno de felicidad
quizás aquel amor
que un día fue capaz
de lastimarme a punto de morir.
Es el mismo que me pueda
dar el descanso eterno,
sin penas ni tristezas,
dejando libre a mi alma
sin nada que me amarre
a esta tierra.
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