Es asesina del alma,
ya no llora ya no siente su presencia es difícil,
Inconsolable con deudas que nunca pagó…
Cada anochecer, sale a dar largas caminatas
y sobre el mojado pavimento…
Las pisadas del vacio acompañan
la oscura noche de niebla envolvente quemando la piel;
se niega a visitar su bodega de emociones empolvada,
vieja y abandonada con fósiles de sentimientos
donde suele sentarse a recordar…
Y el viento perdido en su oscura,
cabellera cual única compañía, pensando divagante,
ausencia de admiración, certeza y sutileza…
restos de lagrimas perdidas
como una apuesta y la desolación
presionando su pecho con recuerdos
como oleajes a vivir nuevamente a reír ausente,
dejando su mente volar…
Se sienta en el suelo
sin arrepentimiento alguno
ocultando la soledad que lentamente,
disipo sus endorfinas
como hormiga que sacia su hambre.
Autora: Valeria
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